La fotografía, como cualquier forma de expresión artística, puede enseñarse desde la infancia. Desde muy pequeños, a los niños y niñas les inquieta y tienen curiosidad por el mundo que les rodea, descubren, admiran, se sorprenden y, sobre todo, juegan. Hacer fotos puede ser el maravilloso juego que permitirá a los niños fijarse en su entorno y conocer de forma activa el mundo en el que viven: hojas en el suelo, árboles, animales, el tobogán del patio, van a ser sus primeras fotografías