Andrea Vitola, Publicaciones

Los nuevos desafíos para el nivel inicial en el escenario pedagógico presente

Autores: Andrea Vitola

El presente educativo continúa rediseñándose, atravesado por la situación sanitaria a raíz del Covid-19. Es habitual escuchar hablar y leer sobre escenarios combinados, complejos y cambiantes. Así es y así está nuestra realidad educativa. Pero lo significativo es analizar cómo esto impacta en cada uno de los niveles, y en este caso específicamente en el nivel inicial.

Como primer punto, es importante identificar a qué nos referimos cuando hablamos de escenarios combinados, complejos y cambiantes y cómo estos conceptos se articulan para determinar la particular especificidad de este 2021. Nos referimos a escenarios combinados porque lo que caracteriza las dinámicas institucionales es la alternancia de momentos de presencialidad y de virtualidad, determinados en algunos casos por la organización de burbujas, con grupos reducidos de alumnos que se distribuyen en el tiempo y el espacio, desde una planificación previa, o a partir de la imprevisibilidad que genera el aislamiento.

El segundo concepto que surge en este presente es la complejidad. Hablar de educación siempre la implica; por la diversidad de actores, factores y contextos que deben articularse para que los aprendizajes sucedan. Esto se ve acentuado por todo lo que incluyen los escenarios combinados, que demandan pensar las propuestas didácticas con mayor flexibilidad aún, contemplar una dinámica alternativa y considerar diferentes recursos en el caso de ser necesarios.

Y por último, pensemos en lo cambiante en este particular contexto, porque siempre nuestras propuestas se van adaptando y transformando según las características, los tiempos, las necesidades y las demandas de nuestros alumnos y alumnas. Pero hoy lo cambiante está determinado por factores externos, sanitarios, que nos convocan a  readaptar lo planificado a otro espacio y entorno, de un momento a otro.

Ahora bien, pensemos en la especificidad del nivel inicial y cómo éste presente combinado, complejo y cambiante toma particularidades distintivas a partir de las características de los niños y niñas que habitan nuestras salas, desde la primera infancia hasta los 5 años, que tienen que ver con las formas de ser, estar, comunicarse y desenvolverse en las instituciones educativas de nivel inicial.

Cuando hablamos de la presencialidad cuidada y con protocolos en las salas de inicial, lo primero que surge es la pregunta acerca de cómo llevar adelante lo cotidiano, con distancia, sin contacto y sin todo lo que caracteriza la forma de estar en las salas. Ha sido necesario repensar los desayunos y las meriendas, el uso de los materiales, las actividades de intercambio, los desplazamientos, y lo más significativo del jardín: el compartir. De esta manera, el estar en la sala también nos desafió desde la complejidad y nos invitó a seguir pensando en las prácticas en este nuevo contexto buscando no perder la esencia del nivel.

Alternar con la virtualidad también implica nuevos desafíos. La grupalidad se encuentra entre las cuestiones que más nos interpelan, porque las burbujas van generando nuevas identidades grupales en las salas, y muchos docentes comienzan a percibir que son grupos diferentes.

Algunas claves para pensar en el nivel en estos desafiantes escenarios combinados, complejos y cambiantes:

  • Contemplar la alternancia de entornos (virtual-presencial) a la hora de planificar propuestas secuenciadas que contemplen actividades para uno u otro, diferenciando aquello que proponemos en lo presencial de lo que proponemos en lo virtual; porque no es la misma didáctica, ni la misma dinámica, ni las mismas estrategias.
  • Aprovechar las instancias virtuales para llevar a cabo aquellas propuestas que se potencien en ese ámbito, y que favorezcan las experiencias de aprendizaje de niños y niñas.
  • Explotar las instancias presenciales para fortalecer lazos, abordar las individualidades, encontrarse con los niños y las niñas, y llevar adelante aquellas propuestas que cobran significatividad en la sala.
  • Confiar en las posibilidades de nuestros alumnos y alumnos para adaptarse a estos nuevos desafíos con los que conviven hace más de un año.
  • Contar con las familias para dar continuidad a aquellas propuestas que es posible llevar a cabo en el contexto del hogar.
  • Trabajar en equipo con colegas, porque el trabajo colaborativo enriquece nuestra tarea, favorece la creatividad, motiva, acompaña y nos da la posibilidad de avanzar en la construcción de propuestas que atiendan la diversidad, la individualidad y la complejidad de este escenario pedagógico.

Sin duda la pandemia, la situación sanitaria y todo lo que implican en los escenarios educativos ha sido y continúa siendo una excelente oportunidad para seguir aprendiendo, preguntándose y formándose como docentes en y para el siglo XXI.