Como docentes tenemos un lugar central al momento de traducir el curriculum, seleccionar y especificar todo aquello que se abordará a lo largo del año para garantizar el derecho a la educación de las niñas y niños. Somos artesanas, artesanos (Alliaud, 2017) de las propuestas de enseñanza que diseñamos en forma contextualizada y situada considerando las características de la comunidad, los intereses y características del grupo, entre otras. De este modo, parafraseando a Gloria Edelstein (2015) somos creadores, imaginamos, producimos diseños alternativos, que dan lugar a quienes aprenden, a reconstruir el objeto de enseñanza.

Para lograr lo anterior, es necesaria “una preparación que no disocie el pensamiento de la acción, pero que tampoco deje afuera el sentimiento; que nos convoque a saber y poder hacerlo; que nos acompañe, que nos conduzca, que nos enseñe a enseñar (…)” (Alliaud, 2017, p.15) En ese marco, esperamos que las múltiples miradas que compartiremos a continuación, puedan inspirarnos para repensar la Didáctica del nivel inicial y para habilitar alternativas de propuestas de enseñanza e intervenciones que podamos luego, revisitar para evaluar sus potencialidades de manera crítica. Cabe aclarar que las mismas, no se presentan en términos modélicos o como enfoques únicos sino, que se proponen con el fin de reflexionar sobre sus implicancias, puntos de contacto, aportes a las prácticas de enseñanza actuales. Asimismo, como señalamos con anterioridad, dichas construcciones provienen de distintos tiempos históricos y esto hay que considerarlo para hacer una lectura que entrame los tiempos pasado, presente y futuro.

¿Cómo garantizar trayectorias escolares continuas en el nivel inicial con propuestas más abiertas, flexibles, diversas teniendo en cuenta el uso de espacios variados, tiempos diversificados e intervenciones múltiples?

Esperamos que estos aportes sean una oportunidad para dar un salto desde lo discursivo a la reflexión sobre nuestras prácticas de enseñanza, sobre las propuestas cotidianas que llevamos adelante en los jardines, desde aquellas enmarcadas en el proyecto institucional hasta las actividades que se llevan adelante con cada grupo.

En este marco, las y los invitamos a problematizar el formato único y romper con la tradición de enseñar lo mismo a todas y todos al mismo tiempo ya que, como expresa Gimeno Sacristán “todo lo que pueda hacerse por romper la uniformidad de las fuentes de información, por introducir ritmos de aprendizaje diferenciados, atención y recursos distribuidos entre alumnos según sus desiguales necesidades, por variar el monolítico esquema del horario escolar que esclerotiza los procesos de enseñanza-aprendizaje, por desbordar los espacios de aprendizaje, por disponer de tareas distintas en las que se pueda trabajar al mismo tiempo con alumnos, por admitir estilos de aprendizaje diferenciados, serán recursos para que, sin renunciar a un proyecto de cultura común compartida desde la radical singularidad de cada uno, puede hablarse de una escuela estimuladora de la autonomía y de la libertad, que es en la que puede acrisolarse la idiosincrasia personal creadora” (Sacristán, 2000, p. 2)

Los enfoques pedagógicos marcan un norte para la enseñanza y por ello, muchos entran en diálogo y en tensión. A continuación, compartimos algunos aportes de La Filosofía Reggiana, la Pedagogía Montessori y la Enseñanza para la comprensión con el fin de  comprender a qué problema buscan dar respuesta y preguntarnos cómo podemos integrarlos en nuestras prácticas de forma contextualizada y situada. Para tomar estas decisiones, cuando profundicemos en cada uno sugerimos tener en cuenta estos interrogantes: